La Figura del Mentor y el Aprendizaje del Héroe en “Martín El Guardián: La Aventura comienza en Sumer” . Por Sheila Liberatto


A partir de la lectura del primer tomo de la saga Martín el guardián: La aventura comienza en Sumer de María de la Paz Perez Calvo, se decidió proceder al análisis de dos elementos narrativos que se encuentran íntimamente ligados entre sí; por un lado la figura del héroe y el proceso de aprendizaje que experimenta y, por otro lado, la concepción del mentor como guía en el transcurrir del protagonista. Como apoyo bibliográfico, se han tomado las definiciones propuestas por  Christopher Vogler en su libro “El viaje del escritor”  respecto a los arquetipos de Héroe y Mentor; con la finalidad de desarrollar las características y el crecimiento del personaje principal a lo largo de la narración. 

El libro elegido nos presenta a Martín, un niño de 12 años que de manera misteriosa se transporta a un lugar lejano y desconocido donde descubre que es el nuevo Guardián de un documento mágico llamado el Rollo de Barsalnunna. A partir de este momento, el protagonista deberá recorrer un camino lleno de obstáculos con la misión de protegerlo. 

Su travesía se desarrolla a través de los sueño, cuando Martin está durmiendo se transporta a otros escenarios donde lleva a cabo su papel de héroe y Guardián. Sin embargo, en la vida cotidiana no recuerda nada de los hechos que transcurren en el plano onírico. Solo algunos datos y elementos le traen una reminiscencia de su otra vida paralela, pero él no es plenamente consciente de la conexión entre los hechos. Son los lectores quienes descubren esas conexiones y resultan cómplices del proceso que atraviesa el protagonista. 

Para comenzar con el análisis propuesto, resulta indispensable explicar por qué consideramos a Martín como un héroe y qué funciones lleva a cabo en la narración para analizarlo como tal.

Un Héroe Preadolescente

Martín es un chico de 12 años, tímido y con dificultades para socializar que se encuentra iniciando su educación secundaria. A todos los cambios que conlleva empezar en un nuevo nivel educativo, se le suma su edad (está empezando a transitar los primeros cambios adolescentes) y la necesidad de encajar y hacer amigos. 

Ninguno de estos elementos de la vida cotidiana resulta beneficioso para el muchacho, quien además se siente muy solo en su hogar. Su familia constituida por su madre, su padre y su hermano mayor, lo ignora y debe valerse por sí mismo en un mundo hostil y frío. Martín es un personaje que se encuentra marginado. No es apreciado por su entorno y aunque anhela y busca reconocimiento por parte de su familia y pares, no logra obtenerlo. 

En este contexto es donde se erige la personalidad heroica. Un día, de manera extraña y misteriosa, viaja a través de sus sueños a otro mundo lejano donde un anciano le dice que es el nuevo Guardián de un elemento mágico. Sin embargo, el joven no se siente capacitado, ni entienda la importancia de esta misión que se le está encomendando. Su cúmulo de vivencias lo hacen sentir insignificante para esta tarea que le ha sido asignada, tal como se observa en la siguiente cita: 

“Martín, Martín – Gabur lo miró cariñosamente -. ¿Acaso no te has dado cuenta aún? Tú eres uno de los Elegidos…

-Nunca fui un elegido en nada. ¿Qué sentido tiene serlo?

- Tú serás capaz de leer el escrito de Barsalnunna algún día. De ti dependerá, luego, lo que hagas o dejes de hacer  con ese conocimiento. Y en función de tus elecciones serás o no feliz. Pero sabrás del sentido que tiene tu vida más que cualquier otro muchacho. (…)

- ¿Yo… yo seré…?- se atragantó Martín ante esa noticia-. ¡Pero… eso no es posible! – Exclamó sacudiendo la cabeza-. No sé si yo puedo quedarme con esos papeles si son tan importantes.”  (Perez Calvo, 2011, p. 41)

El nuevo héroe descubre la misión que le ha sido destinada y duda de su capacidad para llevarla a cabo. Son dudas coherentes, típicamente humanas que acercan al lector al personaje. Logran que se identifique con él y que empatice con sus sentimientos. Y es esta una de las características que debe tener el héroe según Vogler. Para el autor es indispensable que el lector logre una identificación con el protagonista, de manera tal que vivencie y experimente el transcurrir de las acciones narrativas de la mano del héroe: 

“Los héroes poseen cualidades con las que todos podemos identificarnos y que bien podemos reconocer en nosotros mismos. Estas características responden a unas motivaciones universales inteligibles para todos: el deseo de ser comprendido y amado, de tener éxito, sobrevivir, ser libre, obtener venganza, remediar el mal y expresarse.” (Vogler, 1998, p. 66)

El público a quien está destinado el libro es infantil-juvenil, y como Martín, está atravesando una etapa plagada de dudas e incertidumbres sobre la vida. La pubertad es un momento en el que los seres humanos se sienten subestimados e incomprendidos, razones tales por las que el lector juvenil logrará reconocerse en Martín y podrá comprender su manera de actuar y vivenciar los hechos. 

Otro elemento que dota al héroe de singularidad es el proceso de crecimiento que sufre a través de la narración. Este se lleva a cabo a través de las interrelaciones del protagonista con otros personajes que van apareciendo en el relato. En el caso de Martín, quien empieza como un niño aislado y poco sociable, se puede observar cómo va aprendiendo de Gabur, Manuel, Godofredo, Olaf, García y Anahuac Azuay. Gracias a ellos y a las aventuras que viven descubre el sentido de la amistad, el amor, el compañerismo y la justicia. Al avanzar en la lectura, se observa cómo su personalidad va mutando, hasta que logra sentirse merecedor de la gracia que le ha sido impuesta, y de esta manera; descubre que es capaz de proteger el Rollo y a la gente que lo rodea. 

No es un camino fácil y Martín se equivoca en muchas ocasiones, sin embargo, estos errores son los que dotan al héroe de humanidad y lo ayudan en su crecimiento. Godofredo lo impulsa a vivenciar la complicidad y a liberarse de los celos; y junto con Gabur, quien le explica la importancia de ser genuino, el héroe descubre qué es la amistad. Gracias a este momento de aprendizaje, Martín se libera de prejuicios en el plano de la realidad y puede aceptar a Manuel como su amigo. 

Todos los personajes mencionados anteriormente apoyan el desarrollo del héroe y potencian sus capacidades. Martín empieza como un niño atemorizado y con muchas dudas, para finalizar como un joven valiente y audaz que no duda en ayudar a quien lo necesite; incluso poniendo en riesgo su vida. 

Este es otra de las funciones que debe cumplir el héroe: el sacrificio. Martín debe sufrir pérdidas para cumplir con su destino, como la muerte de Gabur o dejar a sus amigos para continuar su camino solo. Pero no solo pierde a través de los demás, sino que también pierde su condición de ingenuidad absoluta para ganar conocimiento y sabiduría ancestral; dones que lo pondrán en situación de peligro en numerosas ocasiones. 

El peligro es una condición que debe asumir el héroe, quien se encontrará frente a la muerte en su recorrido de forma inevitable. Así es como Martín pone en riesgo su salud en el plano de la realidad para lograr salvar el Rollo y de esta manera salvar a la humanidad de que caiga en manos equivocadas. El episodio de la fiebre dificultad la misión del joven en el plano onírico y provoca una posible ruptura en el equilibrio, evocando la posibilidad de quedar atrapado entre dos mundos. Sin embargo, Martín logra superar este obstáculo y resulta vencedor, otorgando nuevamente a ambos planos el equilibrio necesario. 

Martín es un héroe completo, que posee todas las características necesarias para cumplir una misión trascendental: cuidar el Rollo de la Sabiduría. No obstante, sin la ayuda de ciertos personajes, jamás podría cumplir con su objetivo. No es un héroe solitario sino que lo rodean personas que van a ayudarlo en su destino.


Gabur: el Mentor por Excelencia

Una vez que se analizaron las características que determinan que el personaje de Martín sea considerado un héroe, se puede proceder a revisar la figura arquetípica del Mentor. Aunque se observa que en la obra analizada muchos personajes ofician como guía del protagonista, partiremos de la figura de Gabur quien cumple con la mayoría de los requisitos para ser considerado como tal.

La figura del Mentor posee gran importancia el decurso narrativo ya que “Los mentores motivan al héroe, lo inspiran, lo instruyen, lo guían y le proporcionan lo necesario para que salga victorioso de su viaje.” (Vogler, 1998, p. 86) Sin su presencia el héroe se sentiría desorientado y podría no cumplir con su recorrido de aprendizaje. 

El mentor acompaña al héroe en su proceso de descubrimiento y lo introduce en el camino de crecimiento que va a atravesar. En la obra analizada, se puede observar que Martín aparece en una Biblioteca antigua acudiendo al llamado de un hombre llamado Gabur. Este es un sacerdote anciano y sabio que, ya desde su descripción física, nos remite a un mago o personaje ancestral:

“El anciano más alto que Martín, lucía una túnica brillante como la plata que le cubría desde la cabeza hasta los pies, aunque en aquel momento la capucha se hallaba volcada sobre sus espaldas, dejando al descubierto la abundante cabellera. La barba blanca y espesa le da un aire patriarcal. Sus ojos son muy oscuros y contemplaban a Martín con benevolencia mientras sonreía.” (Perez Calvo, 2011, p. 13)

En la cita anterior, se observa que pese a su imponente figura, el desconocido tiene una actitud cálida y amable hacia el muchacho. Su intención es contener y aplacar el miedo que expresa Martín ante la situación desconocida que está atravesando. Le habla tranquilo pero con firmeza, dejando en claro su papel como guía del protagonista y no cerrando la puerta del cariño. 

En un primer momento no da muchas explicaciones a Martín sin embargo lo escucha pacientemente y trata de otorgar la información que considera necesaria para él. Ante la curiosidad sin barreras del chico, empieza a brindar algunos datos: le cuenta sobre los viajes en el tiempo, el porqué de las pérdidas de memoria, la importancia del Rollo y su origen, entre otras. 

Según Vogler (1998) “La función del mentor consiste en preparar al héroe para que se enfrente a lo desconocido. Puede darle consejos, servirle de guía o proporcionarle pócimas mágicas.” (p. 50). Todas estas funciones serán llevadas a cabo por Gabur, ya que él es quien realiza primeramente el llamado al héroe y le presenta ese mundo desconocido y lejano. También es quien le brinda el elemento mágico: el Rollo de Barsalnunna, y le explica la importancia de este y cómo se vincula con el destino de Martín. 

La importancia del anciano como dador no solo se observa al momento de otorgar el Rollo, sino que también se evidencia en su actitud frente a la educación de Martín. El anciano deja en claro, en numerosas ocasiones, la importancia de educarse y cultivarse para ser completamente merecedor del documento. Por esa misma razón, tampoco le explica todos los misterios del mismo ya que considera que Martín todavía debe recorrer un largo camino para poder utilizarlo. Ante la insistencia del muchacho por utilizar los poderes de la Sabiduría, Gabur le explica que va a tener que esforzarse para obtener los conocimientos allí encerrados: “- El rollo no resuelve ningún tipo de problema- respondió rápidamente Gabur-. Y si eso es lo que te incomoda, te diré que solo es un indicativo de cómo resolverlos, pero el esfuerzo dependerá de ti.” (Perez Calvo, 2011, p. 57). A medida que su conocimiento avanza y aumenta su educación y compromiso, va pudiendo utilizar algunos poderes del rollo. 

Entre ambos personajes se establece una relación de maestro- discípulo, puesto que Gabur decide llevarlo a Kish, su ciudad, para enseñarle todos los misterios relacionados con la magia del Rollo. Allí, el sacerdote le explica que existen varias maneras de viajar en el tiempo: una es tocando con el Rollo un objeto que represente el lugar al que se quiere ir, o sosteniendo un elemento en las manos y murmurando las palabras correctas (especificadas en el Rollo). También le comenta que hay una forma más compleja de hacerlo y es a través de la concentración, acercándose a una persona de forma mental (esta manera es la que debe aprender el Guardián). Finalmente, para quienes no poseen el documento mágico se debe descifrar un enigma (que es el método utilizado por Pioterkrébs). 

No solo le brinda esta información que luego le resultará en extremo útil al momento de huir de la ciudad invadida; sino que también le enseña a ejercitar su mente e ingenio. “Por tal motivo, lo asediaba a toda hora a toda hora y en las circunstancias más inverosímiles con preguntas de ingenio y enigmas lógicos, además de atiborrarlo con disertaciones sobre temas  tan oscuros que Martín temía llegar a padecer fuertes dolores de cabeza” (Perez Calvo, 2011, p. 79) Lo entrena en la observación de la ciudad y la reflexión sobre los hechos, ayudándolo a obtener poco a poco un enfoque que le ayudará a resolver problemas en situaciones críticas. 

Pero la relación entre ambos no solo se remite a lo pedagógico, sino que también se desarrolla en lo simbólico ya que para el protagonista ese hombre reemplaza la figura parental que tanto le hace falta. Le otorga protección, cariño, lo valida y percibe como alguien importante, lo educa y escucha. Todas las acciones que espera de sus progenitores y que no le son brindadas por los mismos, las encuentra en su Mentor y esto, lo transforma en una figura de gran importancia y autoridad para Martín. 

“Sin embargo, el mentor no podrá acompañar al héroe hasta el final del viaje. Tarde o temprano también deberá enfrentarse a lo desconocido en completa soledad. En ocasiones será necesario que el mentor empuje al héroe para que dé comienzo su aventura. (Vogler, 1998, p. 50). Lo que Vogler expone en dicha cita es justamente el primer impedimento al que se debe enfrentar el héroe. Mientras se encuentra aprendiendo del Sumo Sacerdote cómo ser un buen Guardián, los acadios  invaden la ciudad de Kish y uno de ellos asesina a Gabur por la espalda, con un puñal. Antes de morir, el anciano le indica a Martín la manera de llegar al Cubículo (recinto con elementos mágicos que tienen todos los Guardianes) para poder viajar nuevamente a su tiempo y salvaguardar el documento de la Sabiduría.  Pero no todo resulta como el anciano había planeado, y ante la inminente llegada de un soldado al Cubículo, Martín debe viajar al primer destino que encuentra en las fotografías. 

El héroe se encuentra nuevamente a la deriva, sin saber a dónde ir y con  escasos conocimientos sobre el poder del Rollo de Barsalnunna. Sin embargo, su recorrido no será solitario y a medida que vaya cambiando de tiempo se encontrará con otros personajes que oficiarán como ayudantes en su cometido. Si bien el mentor por excelencia es Gabur, el resto de los personajes ofician como mentores en el plano del aprendizaje del héroe ya que de ellos obtiene información y datos para saber cómo manejar su poder y cumplir con su misión heroica.


Mentores Menores: Manuel, Godofredo, Olaf, García y Anahuac Azuay


Entre los personajes que ayudan al crecimiento de Martín se encuentra, en primer lugar Manuel Navarro. Este es el único de los  mentores que pertenece al mundo ordinario ya que es un compañero de la escuela donde asiste el héroe. Manuel es un chico aplicado, buen estudiante, amable y solidario que intenta en múltiples ocasiones acercarse a Martín; para esto le suele ofrecer palabras amables y de aliento con la intención de hacerlo sentir mejor. Sin embargo, pese a su buena predisposición, este rechaza la ayuda y amistad de “Nofre” (llamado así en forma burlesca) porque considera que no es popular, e incluso que es raro. 

El chico no se da por vencido, e incluso después del desprecio que había manifestado el héroe, su futuro amigo siguió demostrando valor y bondad lo cual provocó que finalmente Martín decidiera darle una oportunidad. A partir de allí, el héroe descubre que su accionar estaba errado porque se ha dejado llevar por sentimientos egoístas, mostrando unan actitud “mezquina” como le había mencionado Gabur apenas lo conoció. 

Junto a su nuevo confidente, descubre la alegría de pasar sus días con alguien que se interesa por él, la importancia de los momentos compartidos y el valor de la amistad. Manuel le ayuda a mostrar su verdadera personalidad, a no temer a las opiniones de los demás y a no dejarse avasallar por las burlas de otros. Gracias a su amistad Martín logra ser un héroe mucho más valiente, que se anima a probar cosas nuevas (presentarse para el partido de voleibol, por ejemplo) y a mostrar sus verdaderos intereses (su gusto por las materias relacionadas con la Historia).

Los otros personajes que ofician como mentores son: Godofredo, Olaf, García y Anahuac Azuay. Todos ellos operan desde el mundo mágico u onírico, y ayudan a Martín en el recorrido para proteger el Rollo. Se mencionarán sus aportes en base a su orden de aparición en la narrativa.

Una vez que Martín logra escapar de los acadios pasa brevemente por Japón y España para luego permanecer, por un periodo más largo de tiempo, en Normandía. Allí es donde conoce a Godofredo, un joven vikingo de cabellos rubios que está escondiéndose en el mismo granero donde aparece el héroe. Luego de pasar la noche en dicho lugar, se deciden a partir en la mañana. En ese momento es cuando Martín descubre que el tío de Godofredo lo está golpeando y ante este evento, actúa como nunca antes había hecho y enfrenta al enorme vikingo. El encuentro no sale del todo bien y debe huir corriendo. Pero a partir de su heroicidad, Godofredo lo acompaña y le jura lealtad.

Este personaje tiene un mensaje muy importante para enseñarle al héroe y como ya se mencionó con anterioridad se relaciona con la amistad. Cuando ambos chicos van a visitar al Gran Hechicero para pedirle ayuda, Martín descubre que el vikingo puede leer parte del Rollo de la Sabiduría y eso le provoca una gran envidia. Sin embargo el sentimiento le dura poco, ya que cuando escucha lo que su amigo ha leído se da cuenta de su error: “- Dice que hay que valorar la amistad- continuaba el vikingo observando cuidadosamente los arabescos- , porque los amigos son la alegría del corazón. Y que no hay que envidiar el éxito del amigo ni desearle su mal sino todo lo contrario…” (Perez Calvo, 2011, p. 130) En el momento que escucha las enseñanzas del Rollo, se da cuenta de su equivocación y su egoísmo; y de esta manera entiende que los mensajes que el documento brinda a los Elegidos están relacionados con su interior y con sus virtudes: cada uno lee lo que está adentro de su corazón. 

La siguiente aparición le corresponde al personaje de Olaf, un joven hechicero al que los muchachos acuden para solicitar ayuda. Martín necesita una imagen cercana a su época para poder viajar en el tiempo y el hombre les ayuda a encontrar al Visionario quien será el encargado de reproducirla. Olaf le brinda su apoyo inmediato y a la vez aprovecha los conocimientos que el  joven héroe le comparte sobre el poder del Rollo. 

A diferencia de los ejemplos anteriores, la relación entre ambos es más equilibrada en cuanto a los roles de mentor y aprendiz establecidos, ya que a pesar de que el hombre es un mago, debido a su poca experiencia, también él se nutre de lo que Martin le brinda. En este caso, la enseñanza es de manera bidireccional y ambos se benefician de ella. 

En tercer lugar aparece el personaje de García, un librero de la ciudad de Mendoza, que es encontrado por Martín y Godofredo cuando logran escapar de Pioterkrébs, enemigo del muchacho, en Normandía. Este personaje es, luego de Gabur, quien mayor cantidad de información brinda al héroe. Las explicaciones del hombre ayudan a comprender las desapariciones espontáneas del muchacho:

“- Porque cuando tú desapareces de una época debes viajar a otra, pero tú no guardas conciencia del lugar al que vas. Y, además, no lo haces de manera voluntaria. Algo te arranca de aquí, pero no te lleva a ninguna parte… Y eso es peligroso… (…)  Si sales de este tiempo y no vas hacia ningún otro, podrías quedar vagando en un no-tiempo indefinidamente. Ahora son quince minutos, pero podrías estar muchos más… O hasta sería posible que fueras fluctuando de un tiempo a otro por períodos mínimos, causando gran terror y caos… Si alguien más te ve desaparecer y aparecer así como has hecho hace unos minutos, tendrías muchos problemas…”  (Perez Calvo, 2011, p. 174)

Martín que hasta ese momento no había percibido la gravedad del malestar que lo acechaba, empieza a preocuparse y buscar la manera de terminar con sus desapariciones. Su accionar no da frutos y el héroe, se va cada vez  más seguido, hecho que lo obliga a quedarse encerrado al cuidado de García. 

El descubrimiento que se había gestado en Martín cuando su amigo Godofredo leyó el documento, se termina de confirmar cuando García le narra su episodio respecto a la lectura del Rollo. En ese momento, “Martín comprendió que cada Elegido leería en el Rollo sólo aquello que secretamente ansiaba saber y lo que pudiera llegar a comprender. El Documento no era extenso, estaba  escrito con pocas palabras, pero cada una de ellas escondía las variantes necesarias para dar respuestas a todas las inquietudes.” (Perez Calvo, 2011, pp. 176-177)

Este nuevo aprendizaje le brinda mayor sabiduría y confirma lo que Gabur le había dicho en un comienzo: que hay un tiempo indicado para cada enseñanza y que el Guardián descubre los secretos que oculta el Rollo en el momento preciso. Al inicio no estaba preparado, pero mientras más se acerca el enfrentamiento con su enemigo, el documento empieza a revelarle nuevos conocimientos y poderes. 

Para ayudar a Martín a encontrar la causa de las desapariciones, García decide contactar a una vieja amiga que podría brindar respuestas a sus inquietudes. Así se presenta el personaje de  Anahuac Azuay, una anciana descendiente del pueblo de Aztán, lugar del cual obtuvo las tradiciones y los conocimientos milenarios que la transformaron en una Elegida. Ella brinda ayuda que resulta trascendental en el desarrollo del protagonista.

Primeramente, le explica la razón por la cual se producen sus desapariciones, indicándole que hay alguien muy poderoso, una fuerza maligna que desea hacerle daño y que lo está reteniendo en su tiempo para vencerlo. También le informa sobre la verdadera forma en que se llevan a cabo los viajes en el tiempo para Martín. Este descubrimiento los lectores ya lo conocían de ante mano, pero resulta vital para el héroe, ya que de esta manera empieza a comprender un poco más la dinámica de su función como Guardián. 

“- Es real para todos nosotros y aún para ti, ahora y aquí, pero para llegar a nosotros debes soñar en tu tiempo. Es que – intentó explicar la anciana -, mientras no sepas en tu vida real que posees el Rollo, todo lo concerniente a ser Guardián se desarrollará en tus sueños. Tampoco son los mismos los lapsos de tiempo aquí que allí – agregó -. Lo que para ti, aquí, es un día, durmiendo quizás resulte ser solo unas horas. Lo que allí es una semana, aquí puede ser un instante.” (Perez Calvo, 2011, p. 188)

Finalmente, la anciana cumple un rol muy importante en el momento del enfrentamiento final del héroe con su enemigo. Pioterkrébs aparece en el Cubículo reclamando el Rollo de Barsalnunna y  deja en claro que es el encargado del mal que mantiene a Martín anclado y sin poder controlar sus viajes. 

En esos momentos, el enemigo decide hacer uso de la manipulación y trata de convencer al muchacho de que le entregue el documento. Para esto le nombra todas las insatisfacciones de su vida ofreciéndole soluciones que podrían ser gratificantes para él y las cuales Krebs podría brindarle si poseyera el Rollo. Mientras intenta seducir al joven con sus promesas, Ana se coloca delante del héroe y con una medalla en la mano empieza a recitar una oración. Mediante ese acto, la anciana brinda protección y valentía a Martín para que tome el camino correcto. 

El enemigo lo quiere engañar y lograr que piense solo en sí mismo y lo que puede obtener del Rollo, sin embargo Martín no cede a los deseos egoístas, sino todo lo contrario. Gracias al apoyo de Godofredo, García y Ana; el héroe logra utilizar los poderes del escrito y envía a un lugar lejano y desconocido a Pioterkrébs, consiguiendo detener una futura catástrofe y devolviendo a la normalidad sus viajes en el tiempo. 

Antes de terminar su aventura, el héroe recibe una última recomendación de la anciana azteca. Ella le dice que se va a encontrar con muchos que quieren el Rollo para el beneficio propio y que debe estar preparado para enfrentarlos. También agrega que “(…) no se lucha contra la violencia utilizando la violencia… No se lucha contra el Mal usando sus mismas armas…” (Perez Calvo, 2011, p. 212)  Un poco confundido con este último mensaje, Martin se despide de sus amigos. El héroe ha cumplido su misión y aunque le espera un largo recorrido para ser un Guardián con todas las letras, ha crecido y aprendido durante esta aventura. 

Si se observan las enseñanzas que el personaje ha adquirido a lo largo de toda la obra, gracias a la influencia de sus múltiples mentores, se puede llegar a la conclusión de que el protagonista verdaderamente ha mutado y avanzado en el camino.  La historia empieza con un Martín reticente, egoísta, que solo quiere ser popular y conseguir muchos amigos. Para terminar con un muchacho genuino, que no tiene miedo de demostrar lo que es y lo que siente; que se preocupa por los demás y se arriesga por el bienestar del otro. Esta actitud se comparte tanto en el plano ordinario, como en el onírico, ya que en ambos se sacrifica por lograr su cometido y no lastimar a nadie. El protagonista ha entendido finalmente que es joven y que todavía le queda muchos conocimientos por adquirir para ser un excelente Guardián; pero ya tiene asimilada la responsabilidad que conlleva portar ese título y lo hace con honor y justicia. 





Referencias Bibliográficas

Campbell, Joseph (1959) El héroe de las mil caras. (L. J. Hernández, Trad.). México: Fondo de Cultura Económica. (Obra original publicada en 1949).

Perez Calvo, María de la Paz (2011). Martín el guardián: La aventura comienza en Sumer.        2° Ed., Mendoza: Zeta Editores.

Perez Calvo, María de la Paz (2015). Mitos y símbolos. Un conocimiento más allá de lo narrado. Revista Cruz del Sur V (14), pp. 61-107. 

Vogler, Christopher (2002) El viaje del escritor. (J. Conte, Trad.). Barcelona: Editorial Robin Book Manontroppo. (Obra original publicada en 1998).


















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