La caracola y los sortilegios. ¿Una elección interesante para los preadolescentes? Por Cristina M. Lucero

 

Literatura Infantil y Juvenil

Universidad N. de Villa María 

La caracola y los sortilegios

Autor: Emil García Cabot

 

¿Una elección interesante para los preadolescentes? ¿Por qué?

 

 

*Acercamiento de análisis de la obra.

*Promoción a la lectura.

*Resignificación de las prácticas de mediadores/docentes.

 

Autora: Cristina Maris Lucero

                                        Córdoba, 15 de diciembre de 2021

Biografía del autor

Emil García Cabot poeta y narrador, ha publicado La caracola y los sortilegios.

Faja de Honor de S.A.D.E. (1994) en el rubro Literatura Infantil y Juvenil. “Antología cuento mío”, Premio Corregidor 1994 por el cuento DualidadCantata de un rapsoda en el Argos (poema lírico-dramático en treinta y dos Cantos). El viento y la bruma (cuentos), Primer Premio Iniciación de la Secretaría de Cultura de la Nación 1992. Fragor en la caleta (novela). Los sueños, Tercer Premio Municipal de Literatura “Luis José de Tejeda” de Novela Breve 2003 de la Municipalidad de Córdoba. Desnudo sobre el viento (cuentos), Mención de Honor en el Premio Especial “Eduardo Mallea” correspondiente al bienio 1995/97, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Larga orilla del recuerdo (novela). Donde el mundo se disuelve (novela). El último horizonte (novela). En el rigor del silencio (poesía). La hora (novela), Premio Homenaje a Julio Cortázar 2012, Municipio de Lomas de Zamora, y Faja de Honor S.A.D.E. 2015, año en el que el Instituto Literario y Cultural Hispánico le otorgó el Premio ILCH por su destacada trayectoria en la Literatura Hispanoamericana. Asimismo, García Cabot ha sido Jurado en diversos Concursos Literarios y para las Fajas de Honor de S.A.D.E. Ha integrado la Antología Diez Poetas de Almirante Brown; la Antología conmemorativa de los 25 años de Gente de Letras; la Antología Escritores, al conmemorarse los 12 años de la Asociación Americana de Poesía, de la que fue su primer Presidente, y ha colaborado en las revistas literarias Puro Cuento, Gente de Letras, Letras de Buenos Aires, Alba de América y Ser en la Cultura, en la que integra su Secretaría de Redacción Su última publicación es la novela Entre mareas (2016) y de próxima aparición, la tetralogía de Los Derroteros y el poemario En el guadal del mundo. El 4 de septiembre de 2017 recibió el premio nacional «Esteban Echeverría» otorgado por Gente de Letras.

Biografía de la autora del trabajo final

Cristina Maris Lucero

Docente de escuela primaria. Trabajadora administrativa en escuela secundaria.

Investigadora experimental.

Correctora de textos oficial. (Instituto Mallea) (2017).

Diplomada en Ciencias Sociales con mención en Gestión de las instituciones educativas.

Distinción en “Relato de un día en la escuela secundaria” por la Universidad Católica de Córdoba. Apoyado por Unicef (2015).

Escritora. Poeta. Diversos premios en concursos. Segunda mención Poesía en la A.A.P. Ester Izaguirre. (2021).

Cursa Licenciatura en Ciencias Sociales y Humanidades. Especialidad: Literatura. Universidad Nacional de Quilmes. (2019).

Coordinadora de talleres literarios desde el año 2017 en distintos Centros Culturales de la ciudad de Córdoba.

 

              

“En este tiempo que necesitamos que los chicos logren interpretar información en un mundo lleno de escollos, que se formen críticos para afrontar situaciones y puedan elegir cómo actuar con libertad, hace falta entrenarlos con prácticas de lecturas que disfruten, que critiquen, que aprecien, que elijan y que les sirvan para una vida nutrida en valores. Es la familia y somos los docentes/mediadores quienes podemos acompañarlos en esa construcción.”

           

                                                                                  Cristina Maris Lucero

 

 

                                        A Emil García Cabot, autor de “La caracola y los sortilegios”, una obra cargada de sensibilidad, un recurso insoslayable para promocionar valores esenciales en la vida de los pre-adolescentes.

                                       A Bertha Bilbao Richter, por sus enseñanzas y acompañamiento.

                                       A María de la Paz Perez Calvo por su asesoramiento y por compartir sus saberes de manera tan solidaria.

                                       A aquellas maestras/mediadoras de la República Argentina, por el tesón, el compromiso a través de su trabajo en el marco de la promoción de la lectura.

                                                                                                          Cristina Maris Lucero

 

 PROPÓSITOS:

                 Considerar al texto de García Cabot La caracola y los sortilegios como una herramienta educativa en el marco de la promoción de la lectura.

                   Analizar la obra de García Cabot entre docentes/mediadores para otorgar a los preadolescentes la posibilidad de conocerla y disfrutarla.

                   Reconocer aspectos que aporta la novela a los chicos pre- adolescentes como son las buenas actitudes y valores esenciales para la vida.

                   Proponer actividades a los docentes que integren las distintas áreas, teniendo en cuenta el acompañamiento en la lectura.

                   Aportar material de investigación de autores críticos que aporten al conocimiento y sumen a las prácticas docentes.

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.. 9

DESARROLLO.. 10

CAPÍTULO I. 10

Primer contacto con el libro Propuestas de actividades. 10

CAPÍTULO II. 15

Novela de aventuras. Lenguaje. 15

CAPÍTULO III. 20

Derechos del lector. Autores críticos. Investigadores. 20

CAPÍTULO IV.. 23

Los personajes de La caracola y los sortilegios. 23

CAPÍTULOS V.. 27

Los valores en el texto. 27

CONCLUSIONES. 30

TIEMPO.. 33

CARTA AL AUTOR (de un alumno) 33

BIBLIOGRAFÍA.. 36

                                                                                                                            

INTRODUCCIÓN

El texto narrativo La caracola y los sortilegios es una novela de Emil García Cabot que llama la atención desde la imagen en la tapa. “Mirar, mirar hasta ver” tal como refiere María Teresa Andruetto[1], implica un proceso donde se trata de encontrar un significado, qué quiere transmitir esa imagen, qué interpretación infiere, qué anticipaciones induce pero, esencialmente, qué provoca en el lector. ¿El pre-adolescente se verá interesado?

Comenzaremos la exploración de varios elementos: el título, imagen, textura, cantidad de páginas, cantidad de capítulos, los paratextos; todo habla para cuestionar e investigar; todo será motivo de análisis para desarrollar en este trabajo.

Será primordial el análisis del texto, la exploración de distintos materiales bibliográficos que nos informe sobre lo que investigamos, argüir sobre lo que se nos informa, transmitir lo que consideremos que podamos acercar al docente/mediador para que logre una práctica pensada, comprometida, haciendo foco en el objetivo primordial: el proceso de formación de lectores. ¿Cómo realizarlo?

A través del tiempo la incipiente investigación y luego la interiorización a nivel académico, repensando nuestras prácticas, adoptando la observación como método indispensable, se nos presenta la obra de García Cabot en el marco de la Diplomatura Literatura Infantil Juvenil y se resuelve proponer la lectura La caracola y los sortilegios, para su análisis; examinar la narrativa y mostrar el texto como un medio interesante para chicos pre-adolescentes. Si la investigación resultara significativa, que redunde en la disposición a leer, en el interés por el texto, en el entusiasmo por su contenido, se irán sugiriendo actividades posibles y provechosas para los chicos.

La propuesta inicial al docente/mediador es la de hacer una lectura interpretativa, intensa, con ojo crítico que lleve a un análisis certero. Luego de trabajar en este desafío que intentamos sea íntegro, iremos haciendo propuestas de actividades con la intención de mejorar las prácticas.

Finalmente, la conclusión de un somero recorrido de las distintas instancias para ejecutar una determinación.

DESARROLLO

CAPÍTULO I

Primer contacto con el libro. Propuestas de actividades.

Comienza la ardua y fascinante tarea del análisis del texto La caracola y los sortilegios de Emil García Cabot y para esto –a priori- el contacto visual y táctil con el libro es fundamental, en este sentido se produce como un ritual donde la observación es consciente y placentera. ¿Qué provoca la imagen de la tapa? Compartir esta actividad inicial con los docentes/mediadores es muy interesante ya que, en conjunto, iremos viendo lo que a cada uno le sugiere… Haremos interpretaciones personales y compartiremos conclusiones diversas ya que, seguramente, no todos vemos de la misma manera y por consiguiente los pre-adolescentes también tendrán vistas diferentes; aunque no debemos realizar conclusiones anticipadas.

Hay posibilidades de que la gran caracola posada en el agua, entre piedras y vegetación y la lagartija casi introduciéndose en esa caracola produzca un cierto misterio y lleve a cuestionarse: ¿qué transmite la imagen… un misterio, incertidumbre, dudas…? ¿Qué siente el observador? Al analizar se nos ocurre pensar que cuando una imagen no permanece estática en el papel, sino que inquieta el interior de quien observa, cuando produce una especie de incógnita, ciertas sensaciones y escarba dentro, va conformando significados. La mirada es solo un vehículo para que esa imagen se interne, hurgue y luego aflore a través de las palabras. Es pertinente la cita “el mirar es un vehículo para llegar a interpretar y el interpretar, un descifrar y un sentir, además”[2] y, si logramos eso, los mediadores conseguiremos guiar a los chicos para que tomen su propio camino de análisis. “Miren esto, miren aquello…” son indicaciones. En cambio, si los chicos miran lo que van interpretando como un todo; si consiguen ver sin consignas precisas es posible que se abran más puertas cognitivas y de disfrute.[3]

Ante esta primera experiencia, recomendamos a los docentes/mediadores que si los chicos tienen este material en sus manos, les den la oportunidad para que encuentren multiplicidad de lecturas que les brinda la imagen. Coincidimos en que la imagen se lee, “es un texto”, tal como dijo la profesora Bertha Bilbao Richter. Dejar al texto de la tapa sin leer, sin mirar hasta ver, nos parece una oportunidad perdida de esos momentos iniciales del ritual con la lectura. Entonces, leer la imagen, hablar sobre la imagen, escribir lo que a los chicos se les ocurra, lo que les “salga” de esa imagen, puede ser de ayuda, especialmente, para jóvenes que no se atreven a hablar de manera espontánea; así, luego, leerán lo escrito y compartirán con sus compañeros. Creemos que el docente es estímulo cuando aprueba, cuando respeta las ideas, cuando acepta las interpretaciones particulares de los chicos; es así cuando abre puertas para la participación. Queremos agregar algo más: una actividad que propondríamos a los docentes/mediadores es que den la posibilidad de poner un epígrafe y que luego lo lean. Así, los chicos podrían confrontar las diferentes interpretaciones y los puntos en común. “Cada uno es un individuo, cada uno ve lo que la imagen le transmite y lo que sus experiencias agregan. Diríamos que las interpretaciones son espejos que nos reflejan.”[4]

Un aspecto interesante a tener en cuenta son los colores, ellos dan significado e impactan en nuestro ser: rosada la caracola en contraste con lo que le rodea, el verde musgo de la lagartija, de las plantas híbridas en la parte posterior. Se repite el color cálido del rosa en los cielos y el celeste en conjunto produce armonía, los marrones de las piedras metidas entre el agua armonizan como un colchón bicolor. La caracola en su hábitat que no podía ser otro, estaba allí, ¿tal vez inerte? Habría que pensar a qué niño o joven no le atraen los colores que resaltan partes. Habría que observar y registrar. ¿Cómo se verían en blanco y negro? ¿Acaso no son colores? Mirar mirar y pensar…

Las formas son también indicadoras de significados; las protuberancias de los miembros de la lagartija, dan cierto aspecto… Hablar sobre esto con los chicos también es provechoso, qué les sugiere una mano extendida y qué una mano cerrada. Los ojos, la mirada (que no es lo mismo), la cola, su cuerpo contorsionado. Los tamaños, sus diferencias, sus discordancias, a qué se puede deber… qué se tiene que destacar, qué se tiene que ocultar. Inclusive las fronteras, hasta dónde se ve, qué habrá más allá. Y al final de la actividad, en el cierre de todo análisis, volver: ¿cómo vemos todo, ahora? Volver es una acción interesante, se vuelve a ver afirmando, precisando, denegando.

El título tiene correspondencia directa con la imagen. Hay grupos de chicos de zona rurales que, por ejemplo, es posible que no hayan visto nunca una caracola, no sepan qué es; mostrarles una caracola motivaría a investigar. La palabra sortilegios puede resultar poco conocida, aunque los chicos pueden intuir el significado. Se les puede informar a los pre-adolescentes que uno de los protagonistas (el abuelo) en la página 29 intenta explicar qué es un sortilegio. Los conceptos propios para los chicos de esta etapa son todo un desafío, los obliga a pensar, a usar sinónimos, a encontrarse con acepciones a las cuales les pueden poner comparaciones o hacer analogías, casi sin darse cuenta.

El nombre del autor en la parte superior puede despertar interés o no al lector pre-adolescente. Suelen desaparecer los autores, suelen tragárselos los textos, parafraseando a Ronald Barthes[5]; este autor lo explica en La muerte del autor, un texto interesante para recomendar a los docentes, y que aún sigue vigente. De todos modos, proponerles la búsqueda de la biobibliografía de García Cabot otorga datos que les pueden resultar interesantes. ¿El autor pertenecerá a un lugar como el de la historia de La caracola…? por ejemplo.

Sería muy interesante proponerles a los educadores un debate: confrontar lo desarrollado por Barthes y si sucede esto con el autor de esta novela en particular. Un debate que provee aprendizaje, discusión y favorece la crítica literaria.

Una propuesta que puede resultar provechosa como herramienta para los alumnos o participantes, es registrar el texto con el cual están trabajando. Llevar ese registro es como hacer marcas en un camino de lector, son estaciones literarias; según experiencias, los chicos arman como un juego de la oca. En talleres literarios para jóvenes, este recurso resulta muy entretenido y sirve… Comentamos una experiencia en el siguiente párrafo.

Anotar en el registro es como un juego, tener muchos textos leídos y comprendidos es todo un desafío, hacer saltos, intertextualizar son acciones entretenidas y educativas. No es interesante la cantidad por cierto, lo que interesa es que esos textos leídos sean disfrutados. Se presenta la experiencia que radica en un alumno que participa de un taller de lectura: envía un mensaje de texto a la mediadora preguntando: “Cómo se llama el autor, el del texto ese que habla de los pájaros, lo vimos la última clase; quiero anotarlo y tenerlo. Es mi número veinticuatro”[6]. Claro, hemos hablado de lo interesante que es hacer ese trabajo, volver a veces sobre lo registrado agiliza la memoria, hace recordar el momento en que establecimos ese encuentro, contiene la fecha, el nombre del libro, su autor y, observaciones, si le gustó o no y por qué. Cuantificar, relacionar, comparar, buscar y encontrar son acciones que interesan, y si falta algún dato moviliza la curiosidad. Además, llegamos a una conclusión, ante la pregunta, ¿para qué nos puede servir guardar ese registro? Sin dudas produce emociones: recordar ese intercambio que tuvimos entre mediador y alumno, tal vez para recordar comentarios, risas, tristezas que, a veces, provocan ciertos textos. Es el derrotero de experiencias con los textos. Y esto, según nuestra idea, y lo compartiríamos con los docentes, es incentivar al joven a valorar el camino literario andado. Además, la información de los textos leídos colabora para intertextualizar y conformar ese bagaje textual.

La editorial corresponde a Editorial Dunken de Buenos Aires; en la solapa de la tapa se presenta el recorrido literario del autor. Va detallando los textos publicados, con una seguidilla de premios, una Mención de Honor y Faja de Honor, entre tantas participaciones en diversas antologías. Ayuda a reconocer más al autor, a despertar interés para apropiarse de algunas otras de sus obras. También a valorar el trabajo del autor y sus frutos. Los premios dan orgullo. ¿Qué opinan? Investiguen más datos de Emil García Cabot, se les podría proponer. Investiguen sobre sus obras.

En la solapa posterior aparece la foto de Nélida Violeta Grau[7] y su destacado currículum; ella es quien ilustró el libro con destacadas imágenes. La propuesta a los docentes sería rever esos dibujos, comprenderlos, comentarlos, compartirlos con los chicos, si les gusta, si le agregarían algo más, qué les sacarían y por qué, dónde podrían poner otros dibujos y qué no dejarían pasar… Pueden dibujar y proponer en dónde irían. En todo momento el rol del docente como mediador de subjetividades, como le llama Michelle Petit[8], es muy apropiado tenerlo en cuenta. En relación con esto Liliana Menéndez[9] (2009) en Palabra Pintada refiere “(…) es muy interesante trabajar, entre imagen y texto –las diferencias, las rupturas, cómo se asemejan, cómo se diferencian, se manifiestan- las puertas que abre la imagen, (…) nunca diré “mejor la imagen que el texto”, nunca diré “mejor el texto”. Son distintas y ¡está bueno que sean distintas y que sumen!”

Es significativo lo que dice la escritora Iris Rivera [10](2010), refiriéndose a los docentes: “Conozco a docentes que todavía le preguntan a los chicos “qué quiso decir el autor”. Y conozco otros que cambian la pregunta por “¿qué cosas se dicen aquí que no están escritas?” (…) La pregunta que mencioné primero, cierra; la otra abre múltiples lecturas.”

El planteo de la pregunta y su formato es considerado crucial, en el sentido de que hacer una pregunta que provoque en los preadolescentes una multiplicidad de respuestas es mucho más enriquecedor; es bueno que los inquiete, que les produzca una crisis (como lo llama la escritora Liliana Bodoc)[11] es muy importante tenerlo en cuenta.

Proponemos cuestionamientos con formas de respuestas abiertas que pueden hacer los docentes/mediadores.

¿Qué consideras que puede haber más allá de la frontera de la imagen?

¿Qué elementos usarías para hacer un sortilegio, aparte de los que usa Celeste, por qué?

¿Qué te gustaría escuchar al poner la caracola al oído? ¿El ohhh del mar, solamente?

 

En la contratapa del libro está la foto del autor y un comentario de María Adela Renard[12] con apreciaciones sobre el texto que nos gustaría dejar impreso en este desarrollo. Antes, observar la foto, en qué lugar se tomó, cómo es ese lugar, de dónde será el autor…

Surge la pregunta: ¿Cómo podríamos recabar más información? Proponer a los docentes/mediadores que los alumnos busquen formas alternativas de información. Es muy interesante hacerle una encuesta por ejemplo a través de medios tecnológicos o invitándolo a una entrevista.

Retomo:

            La caracola y los sortilegios recupera la belleza del lenguaje correcto, aquel que comunica con claridad, precisión y sensibilidad, historias increíbles y cercanas a cada uno, deslizando el valioso mundo de los buenos sentimientos y actitudes desde la normalidad y naturalidad de episodios que al hilvanarse se nos hacen entrañables porque han sido narrados desde “adentro”, sin sentimentalismo, sino con la fuerza inherente a la previa vivencia.

Renard hace un comentario con respecto al uso del lenguaje de García Cabot en la novela de aventuras atravesada de sentimientos, que intentaremos rescatar.

No quisiéramos dejar pasar el tema del lenguaje y observar qué palabras, en general, usa el autor dentro de la novela de aventuras, que es el tema que continúa.

CAPÍTULO II

Novela de aventuras. Lenguaje.

Es muy importante delinear qué hablamos cuando hablamos de novela de aventuras. Conviene siempre proponer a los pre-adolescentes que hagan estimaciones de conceptos, y mediar para llevarlos a concluir con un concepto de acuerdo con las experiencias, de acuerdo a sus vivencias. ¿Qué es una aventura para ustedes, participaron de alguna aventura con los amigos ¿la pueden relatar? García Cabot crea personajes (dos chicos y dos chicas dentro de la misma edad) por lo tanto a la aventura la atravesarán con actividades que les interesan a todos, con acciones propias de esa franja etaria, con intereses que al lector de la novela de aventuras también le agradará.

Esta novela es de aventuras porque los protagonistas, un grupo de chicos (los primos) van en búsqueda de momentos de diversión “a cielo abierto”; el lugar es muy lindo y los chicos cada año reiteran ese viaje para disfrutarlo, aunque no todo es perfecto. Si queremos hacer una comparación con la frase “la vida misma es una aventura” podríamos pensar en cómo se vive. Una aventura no contiene solo sensaciones placenteras sino que la conforma también hechos de riesgos, dificultades que hay que sortear, pero siempre el placer contiene ese deseo de encarar las dificultades que se presentan y salvarlas, es parte de todo un desafío que a los chicos inquieta e impulsa a vivir.

Siguiendo el hilo en relación con el tipo de novela que estamos tratando, La Miralejos es un lugar de aventura, ¿existe?, ¿dónde? El mar, los médanos dan como cierto misterio que a los chicos interesa. Surgen dos vertientes: la realidad y la ficción; en esta novela hay una frontera muy fina entre ambos elementos que juegan un papel interesante en los pre-adolescentes. “Si a los chicos nos gustaba hablar de misterios, allí podía estar encerrado uno y al alcance de la mano, (…) rodearnos por todas partes al penetrar en el monte” (pág. 42). El misterioso microcosmos adonde cada verano van los chicos, es un lugar propicio que les propone la vida, ideal para su franja etaria: diversión, suspenso, ritmo, fortaleza, algunas incertidumbres, misterio, contención donde todo coadyuva a vivir una experiencia única “Un misterio con encanto y magia, que en forma aún muy imprecisa yo comenzaba a asociar con el sortilegio de Celeste y con el sonido de la caracola que el pescador me enseñaría a interpretar uno de esos días…” (pág.42). La caracola es como el símbolo de misterio en esta novela, en el sentido del papel enigmático que juega para el grupo de jovencitos.

El sortilegio está cargado de deseos por cumplir, esto provoca en los pre-adolescentes un conjuro atrapante, desafiante, lúdico, que los mantiene en vilo; lo consideramos como un símbolo de magia, de efecto enigmático, un estado ritualizado. Y es Celeste quien lo lleva adelante, pero los demás chicos están muy interesados en lograr ciertos beneficios con él.

El ritual es entendido como una situación en la que la creencia en seres o fuerzas místicas otorgan soluciones a diversos problemas en las personas: por ejemplo cuando Leonardo solicita a Celeste que haga un sortilegio para que su tío Mario se cure. Pienso, además, que se presenta la aventura de la esperanza, del juego, del acertijo, de la ayuda. Es decir, se confabulan una serie de cosas que van a “cargar” de fe y confianza para lograr ciertas cosas.

¿Acaso esto no tiene un significado de deseo de ayudar o ayudarse?

¿Acaso no es importante para los pre-adolescentes encontrar salidas, que pueden comenzar con un juego donde siempre se deben aportar lazos, elementos, energías, deseos comunes?

Siguiendo con el análisis paso a paso, pensamos que hay aventura en hechos cotidianos, quizás sean detalles pero, se observan contrastes entre situaciones adversas y agradables; la aventura –a nuestro parecer- se hace evidente. Es necesario que esto suceda en la narración para que la novela mantenga interesado al lector.

Como frase final en este tramo del desarrollo, agregaremos unas palabras que el abuelo (otro personaje de la novela) dice: “La aventura es una experiencia de vida en la que confluyen el agua, la arena, el sol y la sombra” Y esos elementos que convergen los sentimos metafóricos de distintas circunstancias que viven los chicos, se nos ocurre que están dentro del concepto de aventura. Lo sentimos así. Son como palabras muy acordes a las situaciones que ocurren en el texto durante toda la narración y que, desde el inicio, están plasmadas, ¿qué simbolizarán?

El agua: cosas que suceden, corren y pasan. Por ejemplo:

“Unos fuertes bocinazos nos hicieron saltar a todos, cualquiera fuese la cosa que estuviésemos haciendo en ese momento.

Inmediatamente, reconocimos los ruidos, medio atracoso, del auto de tío Juancho…” (pág. 43)

La arena: algunos tropiezos, dificultades para avanzar. Por ejemplo:

-¿Y si el sortilegio no resultaba?

“El que no arriesga no gana,” (pág. 63).

El sol: días de disfrute, de amor, de intercambio con los seres queridos. Por ejemplo:

Celeste le pide a Leonardo:

 -“¿Y puedo pedirte otra cosa?

 -¿Qué?

 -Un beso

-Acá –y le señaló una mejilla.

La besé. Y hubiera querido volver a besarla. O a lo mejor me besaba ella a mí… (pág. 63)                                     La sombra: sentires muy adversos, dificultades que pueden parecer difíciles de resolver. Por ejemplo: El abuelo le dice a Leonardo: “Porque sombra no es solo la que proyecta la nube, un árbol o una casa. Sombra es también la que nos echa encima el miedo, acobardándonos y entristeciéndonos hasta el punto de dejarnos sin saber qué decir ni qué hacer.”(pág. 30).

Estas palabras se correlacionan con distintas situaciones que van ocurriendo en la novela de aventura y luego serían relieve de los hechos.

Una actividad sugerida podría ser utilizar estas palabras que se corresponden con símbolos, entendiendo a estos, según Turner (s/f ), como “es una cosa de la que, por general consenso, se piensa que tipifica naturalmente, o representa o recuerda algo, ya sea por la posesión de cualidades análogas, ya por asociación de hecho o de pensamiento.”[13] que los pre-adolescentes desarrollen situaciones de la vida o elementos que se relacionen con los símbolos antes nombrados. ¿En qué beneficia esto a los pre-adolescentes? “En conocerse más a sí mismos, a discernir lo que puede ser importante o no; en la observación de que algunas situaciones pueden presentarse dentro de ‘sombra’ pero también allí, puede surgir el ‘sol’. Y eso puede depender de nosotros mismos.”[14]

AGUA

ARENA

SOL

SOMBRA

Para integrar con otras áreas esto de la utilización de palabras en conjunto puede proponerse a los alumnos: dibujos, collage, etcétera; así mismo, se pueden integrar con Ciencias Naturales.

 Las metáforas, las analogías son recursos muy provechosos para comenzar a ejercitarse en textos propios escritos. Los docentes pueden estar atentos a estas integraciones tan apropiadas para el aprendizaje en las distintas áreas.

Siguiendo con propuestas, son innumerables y de gran riqueza para intercambiar entre docentes. En esto es interesante una frase que se suele instalar en las prácticas docentes: “este es mi trabajo”; consideramos, debe ser reemplazada por “es el trabajo de todos”. Entonces, si hay éxito este será festejado por todos y si no es así, entre todos revisaremos las prácticas. Estar acompañados con responsabilidad en el hacer, en este sentido, es acercarse a un trabajo en equipo.

Habilitar la lectura de la novela de aventuras La caracola y los sortilegios abre un sinnúmero de posibilidades didácticas para su tratamiento en el contexto escolar; se lo puede plantear como pregunta para seguir acertando con respuestas positivas. ¿La caracola y los sortilegios de García Cabot abre un sinnúmero de posibilidades didácticas en el contexto escolar? ¿Solo didácticas?

La novela de aventuras de García Cabot posee ciento tres páginas, con treinta y dos capítulos. El lenguaje es claro, preciso, adecuado dentro de la edad que se propone (entre los 9 y 12 años aproximadamente).

El lenguaje utilizado en la novela de aventuras es un lenguaje sencillo, aunque hay algunas palabras que pueden resultar desconocidas para los chicos, por ejemplo: médanos, dunas, cortaderas, matas (pág.7), pero no se descarta la asociación de significados dentro del contexto.

Las palabras utilizadas son cotidianas, habituales en el texto y otras acentúan ese trato de confianza y sin cuidados que tienen un sentido hasta de amorosidad:

Zapatillas de potrear”” (pág.21) es decir esas que se usan para jugar, para meterlas en cualquier sitio sin importar si se arruinan porque son de uso cotidiano.

Si la vieja salía a ver qué pasaba… podía descubrirnos” (pág.60) Es muy común llamar a las personas mayores “la vieja, el viejo” por parte de los adolescentes, aunque en este caso, ese calificativo lo utilizan porque la tía de Celeste no es querida.

ni que hubiera caído en la cuenta (pág. 68) refiriéndose a haber descubierto algo.

para él era pan comido (pág.70) como algo conocido, hecho muchas veces, de fácil concreción.

Tal como es el habla de Ce-cé, el autor replica sus palabras. Todas las palabras que contienen ‘ese’ las dice con ‘zeta’: “Éstoz zon loz nietoz de don Aníbal” (pág. 99).

-¡Requetebién! (pág. 83) Esta es una expresión muy común en los chicos, un modo de exageración.

El lenguaje que el autor utiliza acompaña al lector, por momentos con relatos, a veces con versos, con la exposición de canciones. Presentamos una estrofa: “El gato le robó las plumas/ la gaviota lo picoteó./ Con el pico lleno de pelos,/la gaviota se voló (pág. 17).

El lenguaje rítmico ameniza; el uso del diálogo repetido es muy claro, entendible; esta forma dialógica provee comprensión y constituye una secuencia de alternancia entretenida. Se utiliza un lenguaje respetuoso que revela una relación entre los distintos protagonistas, de buen trato.

El lenguaje ameno atraviesa un modo de encarar el relato todo, un modo elegido, que se decidió parirlo de esa manera y que trasciende luego en la revelación de valores que no hay dudas aportan a los jóvenes. Trataremos los valores en otra faceta.

Hay una polifonía; es decir diferentes voces narrativas. Los discursos son distintos en la manera de expresarse. Los chicos utilizan un lenguaje distinto que los adultos, hay una diferencia generacional. Para citar algunos ejemplos:

“-Si sigue dejándonos a un lado, le vamos a velar el paso por la estancia –dijo Leticia, sacando a relucir una de esas palabras con las que le gustaba ostentar su afición por la lectura.” (pág. 23).

“¿Te das cuenta lo que te quiero decir, Leonardo?

Era una de las típicas parrafadas que se echaba el abuelo, creo que para dejarlo a uno pensando.” (pág. 30).

Vamos delineando un sentido, vamos entendiendo a esta obra como interesante para los pre-adolescentes; los docentes/mediadores con ojo crítico, nos detendremos a ir sacando conclusiones parciales, de reflexión. Es una obra escrita para preadolescentes que pronto entrarán en la etapa superior y necesitarán estar mejor preparados, reconfortados como otros chicos (protagonistas, en este caso) que están atravesados por circunstancias similares pero contenidos por un ámbito de valores. Esta obra, sin dudas, y de acuerdo con este análisis, perfila para ser muy necesaria, apropiada entre otras cualidades.

CAPÍTULO III

Derechos del lector. Autores críticos. Investigadores.

El esfuerzo, el interés para que los chicos lean suele estar vedado simplemente porque no quieran leer en ese momento o que la exigencia pueda resultar adversa. Puede ocurrir que estén atraídos por otras ocasiones que se les presentan. Hay que tener en cuenta que puede haber variables que hacen que los chicos no estén dispuestos a participar, ni como grupo ni individualmente. Hay que ser observador, y la aceptación a veces es la manera de resolver. Como en una aventura, no todos los días escolares se presentan de la misma manera.

Con respecto a lo comentado en el párrafo anterior, vamos a presentar un decálogo que escribe Daniel Pennac[15], que habla de Los derechos del lector, y luego realizaremos un comentario:

LOS DERECHOS DEL LECTOR

(El decálogo de Pennac)

 

1) El derecho a no leer.

 

2) El derecho a saltarnos páginas.

 

3) El derecho a no terminar un libro.

 

4) El derecho a releer.

 

5) El derecho a leer cualquier cosa.

 

6) El derecho al bovarismo[16]

 

7) El derecho a leer cualquier sitio.

 

8) El derecho a hojear.

 

9) El derecho a leer en voz alta.

 

10) El derecho a callarnos.

 

 

Daniel Pennac, Como en una novela (1992)[17]

Este decálogo da oportunidad a un debate entre docentes. Los derechos del lector que aquí están precisados pueden resultar apropiados algunos, otros no; algunos pueden ser revisados proponer cambios a través de comentarios en el debate, pero todos sirven para analizar y reflexionar. Hay algunos puntos que son irrefutables: el derecho a releer o el derecho a hojear, por ejemplo; el tema es que si se permite o no realizar ciertas acciones en el aula. Los docentes solemos no permitir a los alumnos que rechacen una consigna; habría que preguntarse ¿a quién alguna vez no le pasó no tener ganas de leer, a quién alguna vez no le desinteresó una propuesta de lectura? Creemos que propone alas el decálogo y ¿si las alas contribuyen a mejorar la mirada sobre el hacer? Rever un recorrido de nuestro camino como estudiante y confrontar nuestros sentires, observar y analizar estos puntos, nos lleva a cambiar o mejorar nuestras ideas responsablemente.

“Pennac con este decálogo está queriendo decir que toda obligación es nociva refiriéndose a la lectura, por lo tanto debe ser consensuada, placentera, buscada, disfrutada. Aunque no todo lo obligatorio genera rechazo”,[18] a veces abre puertas para textos más complejos. Dar una tarea que comprenda la lectura de ciertos textos, puede dar oportunidad a descubrir discursos fascinantes. Se debe tener en cuenta que los chicos pueden comprender ciertos textos aunque sean complejos. Los alumnos se interesan por los desafíos y creemos que logran comprender mucho más de lo esperado. Creemos que la palabra ‘propuesta’ suena mucho más estimulante al trabajo que la palabra ‘obligación’. Quizás proponer una serie de lecturas y que elijan dos o tres para trabajar es una buena oferta.

Una investigación de Michelle Petit que aborda este tema refiere: “la lectura de libros, en particular de ficción y principalmente de novelas puede dotar a los adolescentes y jóvenes de un capital simbólico que puede ayudar a repensar su lugar en el mundo. Uno de los prejuicios que más combate es el que tiende a separar las lecturas útiles para los chicos de bajos recursos y las lecturas complejas que llevan a la interioridad para chicos de clases medias o acomodadas. En su investigación Petit comprueba que esos chicos inmigrantes una vez que adquieren el hábito de la lectura y van sorteando obstáculos gustan de Borges, Kafka, García Márquez, es decir los nombres de la alta cultura pero apropiados y resignificados desde sus propias vidas”.[19]

Traemos este comentario de Imperone, A. (2019) de la Universidad Nacional de Quilmes que refiere a lo que dice la investigadora Petit, porque es interesante poner sobre la mesa de docentes/mediadores el tema referido a los pre-conceptos que suele hacerse con respecto a los alumnos. Proponer textos de menos dificultad a una franja de chicos porque son de clase social carenciada y hacer anticipaciones de que no podrán comprender otros más complejos es un error. Coincidimos con la idea de que siempre hay competencias para abordar distintos tipos de libros y de distintos autores. Los pre-adolescentes logran inferir, comparar, asociar conceptos desde sus vivencias, desde su microcosmos, ese motorcito por asociar y aprender siempre existe y los docentes podemos contribuir a que lo desarrollen y desde nuestras prácticas hacerlo posible. La subestimación es equivocada.

La lectura puede ser compartida, participativa porque así será también debatida, conversada, analizada en grupo y disfrutada a través del comentario. Por qué no hacer un panel donde se comenten partes del texto que se han leído de La caracola y los sortilegios y se comparta el trabajo para que lean otros jóvenes los distintos comentarios. La lectura también puede hacerse de manera individual y solitaria, cuando así lo deseen los alumnos. Proponérselos es una medida atinada ya que hay chicos que disfrutan mucho de una lectura en soledad. “La introspección lectora es un ejercicio que ayuda a los chicos a hablar consigo mismos, a encontrarse”.[20] La investigadora Michell Petit habla de la “lectura hospitalaria”, refiriéndose que hay muchos lectores que estando en situación de soledad o que están atravesando una situación de enfermedad o están internados en hospitales pueden contar con un libro que es de alguna manera reparadora de situaciones. Conocer esta posibilidad hace pensar que no hay una sola manera de encarar la lectura.

Para culminar con este apartado y siguiendo con la investigación, me significa mucho lo que dice la escritora Laura Devetach[21] ante una pregunta que le realizaron dentro del Plan Provincial de Lectura (2009) realizada en la provincia de Córdoba:

-¿Cómo entiende usted al rol docente-mediador de lectura, en el proceso de formación de lectores? ¿Qué reflexiones podría aportar a los docentes-mediadores de lectura respecto a criterios de selección de textos literarios?

Laura Devetach (2009) contesta: “(…) nunca se marca que el llamado docente-mediador debe ser primero un buen lector que está en función de formar lectores. Ser buen lector no significa haber consumido una gran cantidad de libros, ni tampoco muchísimos libros que hablen sobre la promoción de la lectura. Ser buen lector no tiene que ver solamente con la cantidad ni con el conocimiento de teorías sobre la profesión, sino también con el haber descubierto la lectura como una forma de enriquecer la vida. De nada vale en música conocer mucha teoría y solfeo si no entramos al plano gozoso, enigmático de la música.”

Nos parecen muy acertadas estas palabras y tener presente que la cantidad leída no hace a la calidad; nos referimos a que si los alumnos leen La caracola y los sortilegios y pueden acercar esa historia para que de alguna manera enriquezca sus vidas, creo que tendremos terreno de lectura ganado.

CAPÍTULO IV

Los personajes de La caracola y los sortilegios

 ¿De qué manera pueden los docentes/mediadores guiar para conocer a cada uno de los personajes? Acompañar a conocer a los personajes, sus perfiles, sus temperamentos, etcétera, ayuda a que los alumnos se conozcan un poco más a sí mismos. Involucrarlos en sus actitudes en cuanto a preguntarles sobre ciertos procederes puede ayudar a comprenderse, a entender que hay maneras que pueden cambiar, qué caminos elegir, entre otras cuestiones. “Entonces me alejé. No quería fastidiar más a los teros…” (pág. 27). “Fernán, en cambio, no sólo no se hubiese privado de hurgar en los nidos,…” (pág. 27)

Los personajes de La caracola y los sortilegios son varios; es interesante conocerlos y a través de sus perfiles ir planteando a los alumnos algunas preguntas que irán cumpliendo la finalidad que se traza en el párrafo anterior. Preguntarles a los jóvenes sirve para conocer cómo piensan del accionar de los personajes, cómo los sienten, pero además cómo actuarían ellos en las mismas circunstancias. Es decir, esas preguntas pueden delinearse en un marco de diálogo.

Leonardo: protagonista principal y narrador. Tiene un espíritu solitario, pensante, transformador, creativo, curioso, respetuoso, atento con su abuelo, con una actitud empática, compañero, inteligente en el sentido que se anticipa a cuestiones adversas que puedan llegar a pasar y las previene.

¿Qué pasajes de la novela podemos encontrar que hablen de estos atributos? ¿Y qué atributos en acciones podríamos agregar a Leonardo para corroborar su perfil? ¿Cómo hubieran actuado ustedes ante tal situación? ¿Cuál es el resultado de actuar de una forma o de otra?

Fernando: es el primo de Leonardo que al parecer es el más querido por él porque lo espera para compartir momentos, pero ese verano no puede ir. Leonardo se pone triste. ¿Cómo se expresa Leonardo, qué hace pensar que lo extraña mucho a Fernando? ¿Por qué lo extrañará? ¿Qué se puede extrañar de un amigo o de un primo cuando han compartido momentos únicos? Las preguntas abiertas son las que hacen pensar e imaginar y tienen posibilidad de varias respuestas. ¿Qué los hace diferentes uno de otro?

El abuelo: un hombre que representa ser importante para Leonardo. Antes que nada hay que hacer referencia a que dialogan. ¿En qué consiste ese diálogo? ¿Qué es discutir? ¿En el diálogo puede haber discusión? ¿En una discusión puede haber diálogo?

Entre Leonardo y su abuelo hay diálogo, hay una relación empática, de mucho cariño, de entendimiento. Cuando Leonardo le pregunta del caballo a su abuelo, con el deseo de que se lo compre, el abuelo no le dice un no rotundo, le hace preguntas.

-¿Quién va a cuidarlo cuando no estemos? (pág. 20)

- ¿Y no crees que es más práctico alquilarlo? ¿Qué te parece? (pág. 20)

El abuelo lleva a la reflexión a su nieto, le da una opción, y al final le pregunta qué te parece. Entonces, el diálogo es cálido, es un diálogo conciliador. Qué provechoso es que los alumnos vean este relieve entre estos dos personajes. Los docentes/mediadores son los que tienen la posibilidad de conversar sobre estos conceptos, sobre las relaciones entre las personas, sobre el trato. ¿A tratar bien se aprende? El abuelo utilizaba algunas frases que dejaban una enseñanza.

Leer la parte del texto, comprenderlo, dramatizarlo. Cambiarlo utilizando otras palabras, otros gestos, otros tratos. Y escarbar, ¿qué se siente de una y otra manera, qué opinan del trato, tan de respeto y tan bien llevado? ¿Hay manera de crear conflicto cuando en un diálogo se presenta esta manera de trato? ¿Entre diferencias generacionales no se puede entablar un diálogo?, es decir, ¿es posible? Cientos de preguntas, cientos de respuestas, cientos de actitudes para ver, para analizar y adquirir.

Celeste: es una niña que lleva dos nombres: Celeste/Virginia. ¿Son dos historias? ¿Una sola pero con ribetes muy distintos? Esto se presenta como una dualidad. La atención sobre la personalidad de esta protagonista que era Celeste y Virginia a la vez despierta curiosidad. Esta dualidad en la personalidad de la niña provoca en el lector un impacto especial, seguramente, no solo porque “carga” con dos nombres, sino que cada nombre contiene a un ser con una historia determinada. ¿Una manera de zafar de situaciones difíciles? Seguramente que sí. Virginia es la niña que perdió su casa debido a un incendio; ella es la niña que sufre, es la niña pobre, sufrida, que no puede elaborar esa situación adversa; entonces, recurre a esta dualidad, que le resulta un escape; Celeste es la coraza que se pone para salir adelante y disfrutar un poco de las cosas buenas de la vida, de la amistad, del primer amor… “No puedo hacerlos si no me llamo Celeste” (pág. 100). Solo con ese nombre puede hacer los sortilegios para ayudar y ayudarse. Celeste canta, quizás Virginia llora. Hay una demarcación, como una frontera, una frontera que tiene un puente, ese puente se llama niña (una sola persona) que lucha ante la adversidad. Pensar en esta dualidad es muy interesante para conversar con los pre-adolescentes, a quienes seguramente les interesa. Hablar sobre qué opinan de la situación, el yo y el otro yo, un alter ego (recordando un cuento de Jorge Luis Borges y Lejana de Julio Cortázar). Las cuestiones que tengan respuestas abiertas para los chicos los llevan a responder desde distintos caminos…

Si bien puede haber un tanto de extrañeza en esta situación de la niña dual, creemos que no es tratado con sentimentalismo ni lástima… Sí nos parece que el hecho de que tenga una tía con la cual no se lleva bien, que no la trata como quisiera ser tratada, hace que pueda dar un sentimiento de dolor al lector. Les propondríamos a los docentes/mediadores que haya un conversatorio al respecto con el grupo de alumnos, pueden salir situaciones particulares y en las que se puedan intervenir.

No hay dudas que esta parte de la novela brinda un sinnúmero de posibilidades en los alumnos: empatía, solidaridad, puesta en común, diálogo, debate, aportes de posibles soluciones. La caracola y los sortilegios en esta fase de lectura ofrece al pre- adolescente la posibilidad de reflexión, de pensamientos: es una niña que bien podría ser uno/a de ellos o ellas.

Los sortilegios que realiza la niña son un hecho que, seguramente, provoca interés en los chicos. Es misterioso, es extraño… ¿Han realizado sortilegios, magias, hechicerías a manera de juegos? ¿Con qué motivos? ¿Creen en estas cosas? ¿Por qué?

La profesora Lic. Graciela Bucci al dictar una clase en la Diplomatura de Literatura Infantil y Juvenil, desafía con una pregunta, intentando suscitar la creatividad: ¿Qué otros sortilegios podría haber hecho la niña?

Es interesante la propuesta ya que despierta la creatividad, los pre-adolescentes, seguramente, aportarán ideas. Compartiremos algunas ocurrencias:

Que la barra de chicos la ayude a cambiar el sobrenombre de “Bruja” de la tía de Celeste por otro nombre y que lo acepte sin mediar enojo; debería ser un nombre que dé la sensación de un ser bueno como el que necesita su sobrina. El sortilegio consiste en lo siguiente: colocar el nombre escrito en un papel, ‘Bruja’, en un hoyo, quemarlo y luego los chicos pondrían opciones de nombres nuevos con semillas para que cuando broten de manera mágica la tía cambie el nombre y los porqués.

Los nombres que los chicos propondrían:

Leonardo: “LUZ” y explicaría por qué: “Si se llamara Luz podría ver en Virginia el corazón gigante que tiene, su dolor, su sufrimiento, su carácter empático, su ayuda siempre hacia los demás.

Diana: “MAITÉ” Ma de madre, i de y, y Té de té, es decir, que sea como una madre que le sirve té todas las tardes a Virginia ya que le gusta muchísimo.

Fer no tuvo mucha creatividad pero lo intentó: “FRANCISCA” por el nombre del Papa Francisco, para que la bendiga y que la brujería que posee, desaparezca.[22]

A manera de juego se pueden poner nombres y explicarlos. Consideramos que puede ser entretenido y hasta pueden tener un efecto humorístico para los jóvenes.

Podemos nombrar otros protagonistas como Maxi, Matilde, Las doble Eles, doña Matilde, don Ramón, Dianita, Adelaida, el pescador, Laurita, tío Juancho, Leticia, tío Mario, Zoraida, don Aníbal.

Acompañar al pre-adolescente en este camino para conocer a los personajes da posibilidades de estimular imaginarios de cómo pueden ser. Acompañar etapas de reconocimiento de cómo actúa cada uno, de sus perfiles, es acompañarlos a tomar conciencia de actitudes que se asemejan a las suyas. Como dice Devetach. “El lector nuevo nunca viene vacío” y con lo que trae y con lo que podamos aportar ayudaremos a esos chicos a ser mejores lectores pero por sobre todo a ser mejores personas, y es ahí donde adquieren sentido nuestras prácticas.

CAPÍTULOS V

Los valores en el texto

Podemos los docentes/mediadores extraer frases que remitan a lo que venimos trabajando para acentuar precisiones de lo que estamos abordando, y destacar las acciones que revelan valores.

Dice Leonardo: “tardé en dormirme mucho más que de costumbre porque, apenas tomé plena conciencia de lo que significaba la muerte, me puse a pensar en un Fernando huérfano de papá, cuando él todavía era un chico como yo” (pág. 15).

El tema de la muerte en los pre-adolescentes en un tema poco sentido, poco hablado, la muerte pertenece a los otros, la muerte no es para los jóvenes; entonces, hay una distancia larga; pero qué pasa cuando un familiar está cerca de la muerte y (en este caso) es el padre del primo de Leonardo. Hay una situación empática, hay una situación difícil; siente que le pasa a él. Claro, es su primo, bien podría ser él mismo. Y lo siente, lo atraviesa, le duele, comparte ese dolor. Más allá de lo que el texto narra, uno puede leer, aún más, de lo que piensa Leonardo, lo que siente ante ese hecho, siente un dolor grande, se siente Fernando. En este sentido se puede pensar como escritor omnisciente, comprender a Leonardo y verlo sufrir, sentir que le duele lo que le pasa a su tío Mario y a su primo. Creemos que, Leonardo, sin lugar a equivocarnos, siente que es él el que está pasando por ese momento donde la muerte anda cerca. Puede pensarse que se pone en el lugar de su primo, un chico de la edad de él. Toma una actitud empática, en todo momento.

Ahora, tratar este tema con los pre-adolescentes es darles la oportunidad de hablar sobre sí mismos, de comentar lo que les produce esta situación ficcional, de preguntarse cómo creen que actuarían en la realidad. Hablar de la muerte es un tema que para la edad de ellos puede resultar una oportunidad para comprender a la muerte como parte de la vida de todos los seres humanos. Valorar la vida está dentro de los valores universales… ¿Cómo se la puede cuidar? Puede salir una diversidad de conclusiones.

El amor por un caballo por parte de Leonardo es muy relevante, pero aún más relevante es lo que piensa: aunque lo quiere, termina por ceder su deseo porque entiende que el abuelo no se lo puede comprar. Esta actitud de Leonardo es muy loable porque a pesar de las ilusiones que se crea cualquier adolescente y que son muy fuertes a esa edad declina “¿Y qué impresión le causaría a Celeste verme llegar montado a Pipo? (pág. 20).

Siguiendo con la novela, estamos comprendiendo, seguramente, que es un texto que nos brinda temas para reflexionar, una novela que no queda en la superficie, sino que se interna en las profundidades, que va al meollo de la vida. El razonamiento sobre estos temas hace entender una multiplicidad de cuestiones a los chicos, los ayuda a crecer en ese marco de valores que permanentemente aparecen en la narración.

¿Cuál es la propuesta a los docentes/mediadores, concretamente?

Se han detallado un sinnúmero de propuestas para llevar a cabo con los preadolescentes, se ha analizado la obra de García Cabot como material que podría ser muy interesante en la contribución de la promoción a la lectura en escuelas o talleres. La frase “no hay recetas” puede ser reemplazada por “hay iniciativas que contribuyen”[23], hay experiencias que se pueden compartir, aunque sean de contextos diferentes porque las podríamos llamar universales en cuanto a los acontecimientos pero son en diferentes ambientes. En este sentido es importante escuchar las interpretaciones de los alumnos, considerar su palabra como algo propio, distintivo y respetable. Considerarlas importantes, independientemente si acontecen en un ambiente o en otro.

Fijémonos en la situación de un alumno que realiza una interpretación que al docente le parece equivocada y le dice: “No, estás equivocado, para nada es así”. En cambio, si el docente/mediador le pregunta “¿Por qué?” Y agrega, “respeto tu opinión, me gustaría que me expliques por qué pensás de esa manera”, es muy probable que se encuentren puntos en común o que el chico vaya dándose cuenta de su error (si lo hubo) y también, por qué no, defender su postura si así lo considera. El docente/mediador también se equivoca, es una premisa que nunca hay que descartar: nos equivocamos, solemos fallar en los procederes. Tener esta claridad de pensamientos funde valores; decir “me equivoqué” por ejemplo, expresar “respeto tu idea”, considerar las apreciaciones de los chicos contribuye a un intercambio comunicacional de respeto. Es decir, no solo analizamos valores sacados del texto, sino que los podemos construir desde el afuera del texto, cómo entrelazamos la relación valores- análisis. Fijémonos que no podemos hablar de los valores que sostiene La caracola y los sortilegios de García Cabot, si no construimos valores fuera del texto, es decir cómo encaramos el tema de los valores en el acto de su tratamiento[24]. Se pueden observar indicadores que se evidencian y reflexionar sobre este tema, es decir, los docentes/mediadores debemos discernir y tener en claro la manera en cómo enseñamos, esto es muy importante.  Si damos un ejemplo extraído del ámbito familiar puede aportar por ser simple y muy entendible: si enseñamos valores dentro de la familia, por ejemplo el respeto, el decir siempre la verdad; pero de repente tocan el timbre en la casa y le decimos a nuestro hijo: “Sea quien sea, yo no estoy”, estamos obligándolo a que mienta, por lo tanto, todos esos valores que estamos enseñando caerán por la borda en ese instante. No sabemos si es tan significativo el ejemplo pero nos parece que si hablamos de valores que tiene un texto también debo aportarlos en el transcurso de la enseñanza y en la relación docente- alumno. Sin dudas, en todo momento.

Y por último, si extendemos esos valores que emergen del libro al contexto en donde se analizan: el aula, el taller, exposiciones, conversatorios, cursos, diplomatura; es decir si el tema “valores” que puede surgir desde el análisis del libro de García Cabot, revelador del tema, avanza hacia otros contextos, como cuando lanzamos un guijarro al agua quieta, seguramente, abrirá aros en extensión a otros ámbitos de la vida y es así como debe propagarse.[25]

El autor de La caracola y los sortilegios expresa en su libro con precisión y sensibilidad hechos, acciones, procederes de los cuales nada está dicho sin sentido. El significado más importante es la marca de los valores en el alma de los adolescentes.  Nos parece que es un libro que nunca pasará de moda, puede cambiar la historia literaria, pueden cambiar algunas ideas en un contexto determinado por cuestiones políticas, por situaciones sociales que a veces interfieren en la manera de pensar, las modas, pero las relaciones afectivas son siempre importantes, por ejemplo entre el abuelo y su nieto, el trato de respeto, las ayudas, los silencios, los acuerdos, la palabra del otro tenida en cuenta, los pareceres en el grupo de chicos…

Así, vamos perfilando las ideas luego de este gran análisis, creemos que es un libro para rescatar y proponerlo en el canon escolar y personal. Ponerlo en las manos del pre-adolescente es vehículo para que le llegue al corazón. El texto es una oportunidad. Coincidimos con Renard: “Es una novela que debería recomendarse en las escuelas. Llena un vacío en lo que a literatura para pre-adolescente se refiere.” Si los docentes/mediadores a través de este análisis consideramos provechoso el libro, si las ideas y las actitudes que se pronuncian suman para que los chicos sean cada vez mejores personas, creemos que es una oportunidad excelente para tratarlo en talleres, en escuelas, conversatorios, seminarios.

CONCLUSIONES

Para dar finalización a este trabajo con el cual hemos tratado de resignificar la tarea de docentes/ mediadores reflexionando sobre las prácticas, prestando atención a los intereses de los pre-adolescentes en el marco de la promoción de la lectura.

Hemos puesto el foco en el acompañamiento a los chicos, acercándonos al análisis del texto La caracola y los sortilegios de Emil García Cabot para considerar su tratado, sugerirlo especialmente para esta franja etaria tanto en escuelas como en talleres, para chicos de distintos niveles sociales, sin distinción y, las decisiones tras el análisis, vamos a ir delineándolas en este apartado:

Al acercarnos al análisis del texto, hemos ido introduciéndonos como en un mar profundo donde encontramos belleza, escollos, sorpresas, misterios: ese mar es la novela de aventura; tal cual: posee la belleza del lugar, las relaciones entre los personajes, el trato,  las  dificultades que se presentan y que se van resolviendo o, al menos, se calman, se atenúan; algunas sorpresas que al lector seguramente lo atraparán, algunos momentos de misterios que asombrarán a los chicos y se sentirán empáticos en situaciones que se van anudando y desenvolviendo.  Los temas interesantes que propone para pre-adolescentes los llevará a leer; no hay dudas que este texto tan maravilloso, enigmático, es propicio para recomendarlo en las escuelas o talleres. Es por este motivo que hemos tratado los siguientes puntos:

*Conocimiento del contenido de la novela de aventuras La caracola y los sortilegios.

*Interpretación del texto y conocimiento de los personajes y su rol dentro de la obra.

*Propuestas de trabajo, sugerencias específicas de actividades, cómo plantear posibilidades del hacer como una instancia de producción escrita y especialmente cómo incentivar a la lectura.

*Reflexiones, análisis, desenvolvimiento en el plano didáctico, intercambio, integración entre las distintas áreas, etc. motivos para decidir si es una oferta interesante.

*La novela de aventuras como un medio que puede interesar a los chicos para su lectura y como vehículo para tomar buenas actitudes; en realidad, acontecimientos espejos en la vida de los chicos.

*Los valores como contenidos esenciales en los pre-adolescentes. Esta novela extiende un lazo que no ata, sino que une entre mediadores, entre pre-adolescentes pero en libertad. Y al tener ese sentido, se puede volver al texto cuando lo crean conveniente, cuando sientan esa necesidad de retomarlo, cuando reintenten, será un motivo de éxito para los pares, seguramente. Sostenemos que una vez instalado ese lazo, la libertad será el más bello sentido para conseguir multiplicar la lectura.

Se ha puesto en conocimiento a los docentes/mediadores las posibilidades de emprender su trabajo con esta obra que parece tener, según lo apreciado y analizado, motivos suficientes para llevar adelante la promoción de la lectura ya que conlleva un sinnúmero de valores que pocos textos aportan, al menos con la intensidad y la manera tan clara con que los presenta García Cabot. No los nombra, los descifra en las acciones de los protagonistas, subyacen a cada paso, se van tatuando en los corazones de los chicos, casi sin advertirlo. Los valores se presentan en la narración que se desarrolla de una manera comprensible, atrapante, interesante para la franja etaria que se propone. Son ellos la solidaridad, el buen trato, la empatía, la ayuda mutua, el respeto, la gratitud, el amor.

 En la parte final manifiesta una faceta muy interesante en relación con el espacio y el tiempo, que consideramos muy apropiada para que los pre-adolescentes puedan observar que el tiempo se diluye y en el hoy hay cosas por hacer y que esas cosas se perpetúan en el tiempo para repasarlas, recordarlas, evocarlas; pero también para sentir si valió la pena o no haberlas vivido. En este caso, en la novela, no hay dudas de que les dejó algo positivo: un aprendizaje en valores.

Llegando al final, queremos remarcar que en esta novela de aventuras es muy posible que los chicos de alguna manera u otra pueden haber vivido situaciones similares a las que se vivieron en La Miralejos, pero también puede ser una oportunidad para los chicos que jamás salieron de su ambiente. Nos referimos a pre-adolescentes que a ese lugar tan maravilloso, quizás solo lo puedan vivir, perforando esta novela, por lo tanto es muy conveniente para cualquier ámbito. Muy recomendable para chicos de la zona rural, de zonas serranas que tendrán otras experiencias pero que, sin embargo, disfrutan, sortean dificultades del mismo modo. Creemos que se pueden vivir de cerca las situaciones, los hechos de los chicos de La Miralejos a través de la lectura de García Cabot y por qué no asociarlas a las propias.

Se ha ofrecido el conocimiento de la obra a quienes son los actores interesados, ellos pueden sacar sus propias conclusiones; nosotros como investigadores y analistas críticos hemos logrado observar que esta obra se destaca como muy motivadora para el disfrute, y para aportar valores en la vida de los pre-adolescentes.

Además, hemos proporcionado un cúmulo de saberes propinados por distintos especialistas que han explicado distintas posiciones y ponencias escritas con el fin de proporcionarnos elementos fehacientes y certeros para comprender el texto de García Cabot como muy apropiado para los chicos de esta franja etaria.

Nuestra postura ante este recorrido es el convencimiento de recomendar la lectura de La caracola y los sortilegios de García Cabot, ya que coincidimos con lo que dice María Adela Renard, “esta novela debería recomendarse en las escuelas” y agregaríamos proponerla a los mediadores que la traten en talleres de literatura, como así también a los estudiosos de distintas diplomaturas de la infancia y juvenil.

El siguiente cuadro intenta reflejar la organización del tiempo, en caso que se decidiera desarrollar todo este trayecto de análisis.

T I E M P O

Se puede proponer un seminario de 4 clases

 

En relación con:

Lectura y análisis:          1 encuentro

 

Prácticas docentes:         1 encuentro

 

Investigadores, críticos: 1 encuentro

 

Experiencias c/alumnos. Ponencia de los docentes

y cierre:                           1 encuentro

 

 

 

 

CARTA AL AUTOR (de un alumno)[26]

 

                                                              Córdoba, 23 de noviembre de 2021.

Emil García Cabot

             ¡Hola! Tengo en mis manos la novela “La caracola y los sortilegios” que me cuenta una historia de aventuras, una joya literaria para mí porque recorrí ese “camino al leer” e hizo que mi corazón y mi cabeza la atravesaran y ahora es parte de mi vida; en serio, viví entre las letras, viví entre los párrafos, viví todo leyéndola.

               Leer es introducir esas vivencias en el alma porque es allí donde se construye la vida, es sentir cada momento, cada instante. Es una novela que me ha dado la posibilidad de vivir lo que nunca había vivido, soy de un lugar totalmente distinto. Claro, viví otras cosas: hago ladrillos, trabajo la tierra, siembro y cosecho. Tengo manos de tierra. Soy hijo de bolivianos y voy a una escuela rural donde me conecto con chicos de aquí, de este país; a veces me dicen “bolita” y hay muchas cosas para contar. Ah, mi sortilegio no es con una caracola es con el fuego, se trata de hablar con él; todos los días lo enciendo para dos motivos: hacer el mate cocido y prender el horno de ladrillos. Charlamos con calor humano.

               Su novela tiene tantas cosas entretenidas que no paré de leer los capítulos; sin dudas, la caracola y los sortilegios me atraparon, tanto como cuando el fuego me habla y me dice cómo me irá en el día, en la escuela, además me aconseja que no permita que me hagan daño, que intente defenderme con la palabra, tal como lo hacen Leonardo y su abuelo. Hablar es el secreto para entenderse. Estoy pensándolo mucho. Creo que hablaré con mi maestra.

               Soñé que de mi país natal llegaba a La Miralejos. Imagínese desde Bolivia a la orilla del mar. Fui caminando, sí, de allá retrocedí, vine de espaldas, tan solo para darme la sorpresa al girar y encontrar al grupo de chicos de mi edad; creo que el sortilegio de Celeste hizo que llegara y me encontrara con ellos… ¡qué felicidad! Por varios días no corté ladrillos, me dediqué a meter mis piernas hasta las rodillas en la laguna, a andar a caballo, e inventaba juegos a medida que jugaba, ¿raro, no? Advierto que para mí los sueños no son mentiras.

              Ahí estuvo la oportunidad más gigantesca: soñé y con la lectura todo se hizo realidad.

¡Qué gran oportunidad! ¡Qué gran oportunidad para los chicos que conocen solo algunas partecitas del mundo!

              Lecturas como ésta nos permiten conocer, sentir, soñar y aprender tantas cosas.

              Gracias, autor.

                                                                          Tu lector                                                                                          

 

Texto elaborado por un chico de Villa Esquiú, zona rural, Córdoba, interpretado por quien escribe, docente de esa escuela durante quince años. Es ficcional pero con el sentir pleno de intuir qué palabras deslizaría a través de su lápiz.

Queremos retomar, luego de este texto literario, a Petit, esta investigadora a quien seguimos porque apuesta a la lectura de libros de ficción y de novelas; es interesante reiterar lo que ella considera que estos textos pueden dotar a los jóvenes de un capital simbólico, que puede ayudar a repensar su lugar en el mundo. Nos parece destacable esta postura y pensamos que la novela de García Cabot apunta, entre otros, a ese sentido.

Para cerrar este trabajo final de la Diplomatura Literatura infantil y juvenil citaremos las palabras de Pancho Marchiaro (2021): “la lectura es el combustible de todos nuestros viajes.”

 

 

 

                                                                                                 

BIBLIOGRAFÍA

 

Andruetto, M. T. (2021) Vocación de mirar y de escuchar. Leandro Calle. Especial para HCD, Periódico matutino de distribución dirigida. Córdoba. Agenda propia.

Barthes, R. (1993) La muerte de un autor. El susurro del lenguaje. Barcelona: Paidós, 1987. El placer del texto. Buenos Aires: Siglo XXI, 1993.

Bilbao Richter, B. (2021) Metáfora de la condición humana. Cátedra de la Diplomatura LIJ en La literatura de Emil García Cabot,

Bucci, G. (2021) Cátedra en la Diplomatura LIJ. Clase sobre la obra de García Cabot: Presentación del texto La caracola y los sortilegios.

Devetach, L (2011) Entrevista en Palabra Tomada. Plan Provincial de Lectura. Córdoba. Editorial.

García Cabot, E. (2009) La caracola y los sortilegios 1° ed. Buenos Aires, Editorial Dunken.

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Menéndez, L. (2011) Entrevista por Luciana Trocello en Palabra pintada. Plan Provincial de Lectura. Córdoba. Editorial

Pennac, D. (1993) Como en una novela. Edit. Anagrama. Barcelona. Texto en la Cátedra de Teoría y Crítica literaria en campus de la UNQ.

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Renard M. A. (2009) en La caracola y los sortilegios de García Cabot, E. Buenos Aires. Editorial Dunkel

 

 

                                                                                                                       



[1] Andruetto, María Teresa, escritora cordobesa. Extraído del diario Hoy día Córdoba, secc Literatura. Consultado el 12/11/2021.

[2] Lucero, C. (2021) Conceptualización personal sobre las interpretaciones.

[3] Lucero, C. (2021) Propuestas de conducción a docentes/mediadores. Reflexiones.

[4] Lucero, C. (2021) Conceptualización analógica sobre las interpretaciones; tema insoslayable en la lectura.

[5] Barthes, R. (Cherburgo12 de noviembre de 1915 – París26 de marzo de 1980) fue un filósofocríticoteórico literario y semiólogo estructuralista francés, quién se interesó y escribió sobre crítica literarialingüísticafilosofía del lenguaje, los signos, los símbolos y la fotografía.

[6] Marun, S. (2021) Experiencia compartida en Taller literario para jóvenes (vía on-line), coordinado por Lucero, Cristina desde el Centro Cultural Alta Córdoba.

[7] Grau, Nélida Violeta: ceramista, dibujante, pintora, además de docente profesional. Consultado en el libro de García Cabot La caracola y los sortilegios el 8/11/2021.

[8] Petit, Michelle, (París en 1946) es una antropóloga francesa. ​ Trabaja como investigadora de la Universidad de París 1 y es miembro honorario del laboratorio LADYSS (Laboratorio de dinámicas sociales y recomposición de los espacios) del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) en Francia

[9] Menéndez, L. es artista plástica vinculada a la literatura entrevista en Palabra Pintada. Diario El País.

[10] Rivera, I.  nació en Buenos Aires en 1950 y desde entonces vive en Longchamps, una localidad de la zona sur del conurbano bonaerense. Es maestra y profesora en Filosofía y Ciencias de la Educación. 

[11] Bodoc, L. Escritora (Santa Fe, 21 de julio de 1958-Mendoza, 6 de febrero de 2018), ​ fue una escritora y poeta argentina que se especializó en literatura juvenil. “Todo acto de lectura acabado conlleva una crisis”. Consultado on-line 19/11/2021

[12] Renard, M.A.: destacada crítica, docente e investigadora. Reconocida estudiosa de la obra de Jorge Luis Borges; abarca también la lírica de Juan Ramón Jiménez .Consultado on line el 8/11/2021.

[13] Turner.s/f. Definición de símbolo. Extraído de la carpeta de trabajo de la Lic. de Ciencias Sociales y Humanidades UNQ. Consultado el 21/11/2021.

[14] Lucero, C. Reflexión sobre una frase personal con la intención de llevar a los chicos a descubrir ideas metafóricas; además, a revertir situaciones adversas en oportunidades.

[15] Pennac Daniel (Casablanca, 1944) es un escritor francés y docente, nacido en Marruecos.

[16] Enfermedad de transmisión textual. (término alusivo a Madame Bovary, la protagonista de la novela homónima de Flaubert, lectora compulsiva y apasionada de novelas románticas)

[17] Pennac, Daniel (1992) Como en una novela. Extraído de material bibliográfico de la UNQ. Cátedra de Crítica Literaria (2019).

[18] Imperone, Adriana (2019) Teoría y crítica literaria. Clase 2 UNQ en Prácticas sociales de la lectura y escritura. El debate acerca de la mediación de la lectura literaria: espacios institucionales y espacios no formales.

[19] Imperone, A. Teoría y crítica literaria. Presentación de la materia y modalidad de trabajo. Prácticas sociales de la lectura y escritura. UNQ 22/08/2019. Consultado el 11/11/2021.

[20] Lucero, C. (2021) Comentario que resulta de la observación. La lectura individual de los chicos.

[21] Devetach. L. (Reconquista, provincia de Santa Fe, Argentina, 5 de octubre de 1936) es una escritora, poeta, narradora y docente argentina. Se dedica especialmente al público infantil. También ha escrito obras teatrales y libretos para radio y televisión. ​ Licenciada en Letras Modernas, ha ejercido la docencia a nivel primario, medio, terciario y universitario.

[22] Lucero, C. (2021) Elaboración creativa de una propuesta referida al tratado de “La caracola…” en el marco de la Diplomatura Literaria infantil y juvenil.

[23] Lucero, C. Confrontación de ideas que pueden estimular a docentes/ mediadores y por consiguiente a los pre-adolescentes.

[24] Lucero, C. (2021) Análisis del tratamiento de los valores. Crítica literaria, en el marco de la LIJ.

[25] Lucero, C.  (2021) Análisis, reflexión y propuesta en el tema “valores”, en el marco de la LIJ.

[26] Lucero, C. (2021) Carta ficcional sentida por una maestra como si la escribiera un jovencito de la escuela de Villa Esquiú (zona rural). Tiene la intención de un sencillo homenaje al escritor Emil G. Cabot.

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